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Usos de la planta
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Usos de la planta

La planta cannabis fue domesticada por el ser humano hace miles de años, comenzando con servir al ser humano como fibra y fuente de alimento. Eventualmente, se descubrirían sus propiedades psicotrópicas a través de rituales y ceremonias desde hace al menos 2500 años. En un descubrimiento antropológico en el Cementerio Jirzankal localizado en la Cordillera de Pamir en Asia Central se encontraron braseros de madera con vestigios de piedras en su interior en los que se encontró la primera evidencia del uso de la cannabis con fines psicoactivos.

Además de los múltiples usos medicinales y ceremoniales de la planta, a finales del siglo XX se comenzó a intensificar la producción de diferentes cultivares de la cannabis con múltiples fines, a través de la selección de genéticas que se adaptan a las necesidades actuales. Estos cultivares se pueden clasificar en dos grandes categorías:

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Producción de Cannabinoides.

  1. Alto THC. Pueden contener hasta 25% o más de Delta-9 THC y con un contenido marginal de CBD (menos del 0.25%).
  2. Intermedio. Contienen una proporción equilibrada de THC y CBD (pero no necesariamente 1:1).
  3. Alto CBD. Contienen por lo general menos del 1% de THC.

* En los últimos años se han desarrollado cultivares altos en otros cannabinoides, como CBG y CBN, pero la clasificación anterior refleja las variedades más predominantes encontradas en mercados regulados.

En las últimas décadas, los primeros mercados regulados de la cannabis han ido ajustando la demanda de la producción industrial de las diferentes variedades en cuatro categorías, dictadas en función de las necesidades regulatorias y de mercado:

  1. Uso Medicinal. Por lo general, el cultivo de cannabis con fines medicinales requiere de controles estrictos para la producción de derivados farmacológicos, dictada por regulaciones sanitarias existentes en diferentes países. La tendencia actual es que la producción de cannabis medicinal alta en cannabinoides de interés provenga de cultivos con Buenas Prácticas de Agricultura (GAP, en inglés) y con Buenas Prácticas de Manufactura (GMP), además de controles de trazabilidad y sanitarios propios del sector.
  2. Uso Recreacional. Los mercados regulados de cannabis recreacional son más flexibles, debido a que permiten el acceso a personas consumidoras a través de diferentes mecanismos: autocultivo, cultivo a través de asociaciones, así como la producción de diferentes productos destinados al uso recreacional. Así como en el uso medicinal, por lo general los productos destinados al mercado cuentan con controles sanitarios y de trazabilidad desde la semilla hasta el punto de venta.
  3. Uso Wellness. Gracias a la regulación del cáñamo en Estados Unidos, la producción obtenida de cultivares altos en el fitocannabinoide CBD ha encontrado un nicho importante: el mercado wellness. Dichos productos cuentan con mecanismos de trazabilidad, pero están disponibles a personas consumidoras a través de canales de distribución convencionales, como centros comerciales, por medio de e-commerce, así como supermercados. En México, la regulación de productos wellness no ha sido delimitada por la autoridad regulatoria a la fecha.
  4. Usos Industriales. Debido a los amplios usos de los diferentes cultivares que no contienen una alta concentración de cannabinoides, como es el caso de los tres usos anteriores, esta categoría incluye toda aquella producción destinada a industrias afines, como la de los alimentos, construcción, energía, textil, entre otras.

Producción Industrial.

  1. Alto en semillas. Estas variedades se utilizan para la producción de aceite comestible y semillas, para su uso como alimento y suplemento. Ahora se sabe que la semilla es alta en proteína, rica en omega-3 y 6, además de ser alta en fibra y vitaminas.
  2. Alto en fibra. Estas variedades se utilizan para producir textiles, ropa, sustrato para plantas, cuerdas, papel, materiales de construcción, y bioplásticos.
  3. Aceites esenciales. Algunas variedades pueden extraer las múltiples combinaciones de aceites esenciales que están presentes en la planta para aromatizar cosméticos, jabones, cremas, perfumes, velas, así como incursionar en la aromaterapia y para fines médicos debido a sus propiedades farmacológicas.
  4. Biomasa. La planta cannabis es capaz de generar biomasa, esto es, puede generar energía a través de calor o como biocombustible. La producción de biomasa podría ser muy importante ya que la planta cannabis puede ser una alternativa sostenible y económicamente viable, tanto que en Europa está catalogada como uno de los mejores cultivos para producir energía.

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