Leyes y Regulaciones
Es complejo resumir el contexto que originó la prohibición de la cannabis. Pero es importante destacar que ésta no fue basada en evidencia cientíifica, ya que, como hemos visto, la cannabis ha sido utilizada de manera cotidiana por el ser humano y ha sido un componente central en el desarrollo de las sociedades humanas sin ocasionar daños en las sociedades durante miles de años.
Sin evidencia científica, el contexto político determinó el curso de la historia de la cannabis durante el siglo XX ya que el comercio internacional comenzaba a generar conflictos entre diferentes países. Italia, por ejemplo, por primera vez introdujo en 1911 una petición en la Convención del Opio de 1911 para prevenir el comercio internacional de la cannabis. Después de la Primera Guerra Mundial, las conversaciones de la Convención del Opio estarían centradas en el control del opio, morfina y cocaína, pero comenzarían a poner atención al comercio de cannabis.
Al equiparar el comercio de diferentes sustancias, con fines políticos de orden internacional durante la Convención de 1925, detonaría una serie de eventos que culminaría con la Convención Única de Estupefacientes de 1961, extendiendo el alcance y formalizando la prohibición de la cannabis mediante mecanismos de control internacional.
Como eje central de la prohibición dictada por la Convención Única se encuentra una clasificación de sustancias en cuatro listas de fiscalización, sujetas a controles internacionales para fines médicos y de investigación, únicamente. La cannabis permanecería en la Lista 4 (la más restrictiva) hasta el 2 de diciembre de 2020 cuando se tomó la decisión de quitarla de esta lista y reconociendo el valor medicinal de la misma.
En el contexto prohibicionista, la cannabis continuó siendo utilizada como medicina de manera artesanal por miles de personas en todo el mundo. Gracias a movimientos sociales y de activismo por parte de pacientes, en 1996 se conformó en California el primer programa de cannabis medicinal que autorizó a pacientes y cuidadores la posesión y el cultivo de cannabis, así como permitir a médicos recomendar el uso de la planta con fines medicinales. Desde entonces, existen programas de cannabis medicinal en 59 países en todo el mundo, incluyendo a México, que publicó el primer reglamento medicinal el pasado 12 de enero de 2021.
El Reglamento en Materia de Control Sanitario para la Producción, Investigación y Uso Medicinal de la Cannabis y sus Derivados Farmacológicos autoriza:
- Siembra, cultivo y cosecha, con fines médicos y de investigación.
- Investigación para la salud a través de ensayos clínicos.
- Investigación para el desarrollo y producción farmacéutica.
- Fabricación de medicamentos y derivados para la producción de medicamentos.
- Fines médicos, con prescripción y mecanismos de control.
- Investigación y exportación, limitado a investigación y producción de medicamentos.
Aún con sus limitaciones, este reglamento medicinal es un paso importante que permitirá construir las bases del uso de cannabis en beneficio de miles de pacientes de manera accesible, segura y eficaz. Además, este reglamento deberá armonizarse con la Ley Federal para la Regulación del Cannabis, una ley muy anticipada dentro y fuera de México debido a que convertiría a nuestro país en el más poblado en el mundo en aprobar todos los usos de la planta y serviría de marco de referencia para diferentes países que se encuentran discutiendo diferentes mecanismos de regulación para sus habitantes.
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