Interdisciplinaria
Vivir con una enfermedad crónica puede ocasionar no sólo dolor, falta de sueño y otros síntomas físicos, sino también puede generar desequilibrio en la salud emocional, cambios en el estilo de vida, pérdida de motivación, problemas en las relaciones familiares, además de afectaciones en el desarrollo personal y profesional.
El desarrollo de la medicina basada en evidencia ha permitido facilitar el acceso a múltiples medicamentos que mejoran la calidad de vida de millones de pacientes de enfermedades, ayudando a extender la vida y reduciendo el costo de enfermedades que históricamente han afectado al ser humano. Aún así, la medicina basada en evidencia simplifica el contexto real de los pacientes, al restringir la investigación a condiciones ideales de síntomas y mediciones de eficacia y seguridad que no siempre reflejan la realidad de quienes viven una enfermedad crónica.
Este contexto ha dificultado el desarrollo de nuevas formas de atender la enfermedad crónica. Más recientemente, se ha puesto especial interés en modelos centrados en el paciente, basados en la evaluación continua y adecuada de las necesidades de los mismos por parte de un equipo de diferentes profesionales que buscan aportar positivamente en la vida de sus pacientes y que les vuelven participantes activos en el proceso de mejoría y en la evaluación de los resultados de un tratamiento.
Estos modelos de atención, conocidos como biopsicosociales, reconocen que la enfermedad crónica y los síntomas que prevalecen en muchas de éstas (dolor crónico, trastornos del sueño, depresión), pueden abordarse con un enfoque interdisciplinario enfocado no sólo en la atención al síntoma principal o el motivo de consulta del paciente, sino también al establecimiento de objetivos de salud, la integración de terapia cognitivo-conductual (TCC), el desarrollo de planes de alimentación personalizados, la regulación de la actividad física, así como el desarrollo de habilidades de autocuidado, tanto para el paciente y su familia.
Una intervención interdisciplinaria además tiene características importantes, en cuanto a la estructura del trabajo:
- Una filosofía y visión comunes.
- Desarrollo de planes de acción en equipo.
- Sinergia profesional.
- Centrar la atención en el paciente.
Algunos de los beneficios de una atención interdisciplinaria son:
- Mayor calidad en la atención y los servicios de salud.
- Mejor uso de los tiempos y una reducción en los costos de la atención.
- Mayor respeto y confianza en los profesionales de la salud, así como una reducción en la fragmentación.
- Ayudar al paciente a asumir el control de su salud y a tener un mejor apego al tratamiento.
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