Parece que los aceites de cannabis han llegado a todos los rincones de México. Una búsqueda simple de “aceite de cannabis” en Google parece resolver todas las preocupaciones de muchas familias que buscan con desesperación una alternativa.
Desafortunadamente, no es así. Haciendo ese ejercicio, me doy cuenta cada día más de la necesidad de un marco regulatorio establecido que permita a miles de personas con enfermedades crónicas en México acceder a productos que puedan ayudarles a reducir el dolor, inflamación, ansiedad y a dormir mejor. El interés comercial en esta industria naciente parece que ha llegado a muchas personas (quizá con buenas intenciones), pero con poco conocimiento acerca de la cannabis y su efecto en la salud.
Antes de darte mis recomendaciones para que puedas elegir un producto apto para tu salud o la de tu familiar, quiero ayudarte a comprender por qué se usan aceites sublinguales.
La cannabis es una planta con múltiples usos y aplicaciones (hablaremos de eso en otra oportunidad), con más de 500 componentes que han sido estudiados en las últimas seis décadas. Dos de los cuales son los que comúnmente conocemos como THC y CBD. De las flores de la cannabis se producen diferentes tipos de extractos, entre los que destacan dos tipos:
– Extractos de cáñamo, con alta concentración de CBD y baja concentración de otros cannabinoides. De éstos se originan muchos de los productos de CBD encontrados en mercados regulados.
– Extractos de cannabis, con alta concentración de THC y baja concentración de otros cannabinoides. Principalmente se usan para producir diferentes opciones encontradas en dispensarios medicinales o recreacionales.
Por lo general, tanto los extractos de cáñamo como los de cannabis son procesados y preparados de manera industrial o artesanal en una solución con aceites comestibles (oliva, coco, entre otros), para producir un aceite sublingual. Esta vía de administración facilita la dosificación, son generalmente fáciles de preparar y se conservan en buenas condiciones a lo largo del tiempo. Aquí es donde se pone interesante, ya que en un mercado regulado existen diferentes mecanismos de control para asegurar que el producto que vamos a consumir tiene una concentración adecuada, no tiene contaminantes, y puede ser rastreado a un productor, distribuidor y comercializador (lo que se le conoce como trazabilidad).
México, al estar en una transición, aún no ha establecido estos mecanismos de manera regulatoria y, por lo tanto, los productos que están disponibles en el mercado pueden no ser aptos para su uso en la atención a la salud.
Para ayudarte en esta búsqueda, estas son las 7 preguntas más importantes que puedes hacer al buscar un producto de cáñamo o cannabis para mejorar tu salud:
- ¿Cuál es la enfermedad o síntomas que quiero ayudar con cannabis?
La investigación es amplia, pero la cannabis puede ayudar a enfermedades crónicas y síntomas muy específicos.
- ¿He platicado con mi médico acerca de esta nueva alternativa para la salud?
Es muy posible que tu médico no esté familiarizado con el Sistema Endocannabinoide y los usos medicinales de la cannabis. Si es así, te recomiendo buscar información y platicar con él/ella acerca de tu curiosidad acerca de la cannabis.
- ¿Cuáles son las diferentes opciones disponibles?
Para proteger tu salud, te recomiendo que te acerques exclusivamente con profesionales con experiencia en el uso médico, terapéutico y herbolario de la cannabis.
- ¿Quién me está recomendando un producto en específico?
Te recomiendo hacer preguntas al vendedor/profesional con quien interactúes en relación a su experiencia profesional.
- ¿Cuál es el perfil cannabinoide de este producto?
Muchos productos no tienen etiquetado correcto. Lo más importante es verificar:
- Contenido de THC, CBD y otros cannabinoides (en miligramos).
- Contenido neto del producto.
- Lista completa de ingredientes.
- ¿Quién lo produce? ¿Dónde se produce?
- ¿Cómo puedo asegurarme de que este producto esté libre de contaminantes?
Es muy difícil hacer esta verificación, pero lo recomendable es que utilices productos que tengan un Certificado de Análisis correspondiente, que contiene:
- Tipo de Producto
- Fecha del análisis
- Perfil Cannabinoide
- Contaminantes: Solventes, Bacterias, Hongos, Solventes, Micotoxinas, Metales Pesados, Pesticidas
- ¿Cómo puedo saber si este producto va a interactuar con mis otros medicamentos?
Aunque te digan lo contrario, es muy probable que existan interacciones entre tu medicamento actual y cualquier producto de cannabis o cáñamo que son importantes considerar.
Hay una pregunta más, pero ésta es para ti o tu familiar que está pensando en usar cannabis: ¿cómo puedo monitorear mi estado de salud a lo largo del tiempo? La cannabis es una medicina personalizada por lo que te recomiendo que documentes tu estado de salud en una bitácora y que no realices cambios en tus medicamentos sin antes platicar con tu médico. Si presentas efectos adversos importantes, descontinúa el uso y acércate a tu médico.
Si tú, tu familiar o conocido están pensando en integrar cannabis a su vida, existe información suficiente acerca de los beneficios, limitaciones y posibles efectos adversos en la salud de la cannabis. Si crees que podemos ayudarte en este proceso, programa tu consulta inicial AQUÍ.
José Lugardo
Fundador de Sativa Care, asesor y conferencista en el sector salud y en industria cannabis.
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