La planta Cannabis sativa se ha utilizado en China y en el subcontinente indio durante miles de años, tanto como fuente de fibra para la confección de tejidos, como aditivo alimentario. Muy pronto sus preparaciones fueron incorporadas como remedio para el alivio de ciertas enfermedades y surgió su uso medicinal.
El sistema endocannabinoide y el apetito
Los científicos descubrieron el sistema endocannabinoide tratando de comprender los efectos del cannabis en el ser humano. En otra entrada te había hablado brevemente del sistema endocannabinoide, pero ahora lo haré de una forma un poco más explícita y sencilla:
Es un sistema de comunicación intercelular, propio de nuestro organismo, funciona como un sistema de neurotransmisión y se encuentra en el cerebro y otros órganos y tejidos del cuerpo.
La regulación de la ingesta de alimentos por el sistema endocannabinoide ocurre a nivel del sistema nervioso central. El sistema endocannabinoide tiene 2 principales receptores, conocidos como CB1 y CB2. El receptor CB1 se expresa en áreas del hipotálamo involucradas en el control del apetito. Los endocanabinoides liberados por las neuronas participan en el control de la ingesta alimentaria regulando la expresión y/o acción de varios mediadores inhibidores del apetito y de otros que son estimuladores del apetito. (Guzmán, 2009)
¿Por qué el cannabis causa apetito?
Los efectos estimulantes del apetito de la planta de cannabis (Cannabis sativa) se conocen desde la antigüedad pero es relativamente reciente el conocimiento del mecanismo mediante el cual tienen dicho efecto: Parece producirse a través de las propiedades de incentivo y recompensa de los alimentos.
Los endocannabinoides regulan el balance de energía y la ingesta de alimentos en cuatro niveles funcionales dentro del cerebro y la periferia: (I) sistema límbico (para evaluación hedónica de alimentos), (II) hipotálamo y cerebro posterior (funciones integradoras), (III) sistema intestinal, y (IV) tejido adiposo.
En cada uno de estos niveles, el sistema endocannabinoide interactúa con una serie de hormonas involucradas en la regulación del apetito y el peso, incluidas la leptina, la grelina y las melanocortinas. Terapéuticamente, la estimulación del apetito por los cannabinoides se ha estudiado durante varias décadas, particularmente en relación con la caquexia y la desnutrición asociada con el cáncer, el síndrome de inmunodeficiencia adquirida o la anorexia nerviosa. Los avances recientes en la farmacología de los cannabinoides pueden conducir a tratamientos mejorados para estas condiciones o, a la inversa, para combatir el apetito excesivo y el peso corporal, como los cannabinoides antagonistas de los receptores como medicamentos antiobesidad. (Fride, 2005)
Cannabis cómo opción
La disponibilidad de fármacos convencionales útiles en el tratamiento de la anorexia tanto nervosa cómo secundaria a alguna condición de salud, es muy limitada. Y su uso tiene efectos adversos que van desde la somnolencia hasta alucinaciones en dosis muy altas. El cannabis no produce ninguno de esos efectos no deseados por lo que representa una opción viable de tratamiento para este síntoma.
En conclusión, el cannabis influye en la regulación del apetito interactuando con los receptores del sistema endocannabinoide, por lo que tiene gran potencial terapéutico en diversas condiciones cómo el cáncer el VIH o la anorexia nerviosa e incluso la obesidad.
Por:
Wellness Specialist
Referencias
Fride, E., Bregman, T., & Kirkham, T. C. (2005). Endocannabinoids and food intake: newborn suckling and appetite regulation in adulthood. Experimental Biology and Medicine, 230(4), 225-234.
Guzmán, Manuel, and Ismael Galve-Roperh. “Endocannabinoides: un nuevo sistema de comunicación en el cerebro.” Monografías de la Real Academia Nacional de Farmacia (2009).
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